La consultora Cushman & Wakefield realizo un estudio en el cual comento que en la Ciudad de México el número de oficinas desocupadas sigue al alza, ya que, de los 10 millones 380,642 metros cuadrados disponibles, el 19.6% no está ocupado, lo equivalente a casi 2 millones de metros cuadrados.

Y es que para el cierre del primer semestre del año la firma indicó que se disponían de 1.7 millones de metros cuadrados, lo que equivale al 17.3% del inventario construido, que en ese momento  alcanzaba los 10 millones 257 mil 286 metros cuadrados.

La consultora explicó que los corporativos ya están tomando decisiones sobre cuál va a ser el patrón de uso de oficinas que seguirán, donde es claro que se está dando mayor flexibilidad en el uso de los espacios y que los empleos “móviles”, es decir, aquellos que combinan diversas ubicaciones: oficinas, hogar y espacios de coworking, están elevando su participación.

Según el estudio, el submercado con la tasa de disponibilidad más alta al cierre de marzo pasado fue Lomas Altas, con 39.5%, seguido por el Norte con 35.5%, Santa Fe con el 31.6% y aquellos que considera “fuera del corredor” con el 27.1%. Mientras que aquellas oficinas con menor tasa de disponibilidad están las ubicadas en Periférico Sur con el 9.4%, Insurgentes con el 12.7%, Bosques con 14.9%, Reforma con el 16.6%, Lomas con 17.4% y Polanco con el 17.6%.

De hecho, la firma también indicó que los propietarios y desarrolladores están tomando nota y están en proceso de reactivación los trabajos de construcción para varios desarrollos ubicados en el área central de la ciudad que habían sido puestos en espera.

Asimismo, dijo que la caída observada en los precios en trimestres previos prácticamente se ha detenido y solo se observa un pequeño ajuste a la baja respecto del año anterior; específicamente para los edificios clase A el ajuste ha sido de 1.3% respecto a los observados al finalizar el primer trimestre de 2021 y cotizan en promedio 22.88 dólares por metro cuadrado al mes.

 Sin embargo, precisó que las fortalezas estructurales de la Ciudad de México, que incluyen la continuidad del bono demográfico y la creciente sofisticación de su entorno económico y de negocios, continuarán, por lo que tarde o temprano las industrias que crean empleos del tipo que demanda espacios de oficinas crecerán.